“Al rescate de la estrella de oro”
Había una vez un príncipe que vivía en un castillo muy grande, con la princesa cielo.
Tenían una estrella de oro especial que reunía los poderes de todos los elementos: tierra, aire, agua y fuego. Con el poder de la tierra podían hacer alimentos para los pobres y darles de comer. Con el aire podían hacer que los niños jugaran haciendo volar los barriletes. Con el agua, lluvia para apagar los incendios y con el poder del fuego, fogatas para calentarse cuando hacía frío o cocinar la comida.
El rey de la montaña, un malvado viejo que era alto, tenía barba blanca y vestido con ropas negras, tenía el poder de hacer hechizos. Quería la estrella de oro para tener los poderes del príncipe y ser el amo del mundo.
Una noche tormentosa, el rey entró al castillo y subió a la habitación real. Allí vio a la princesa y la convirtió en rana. Robó la estrella y desapareció.
Cielo llamaba a su esposo pero sólo le salía “RAC,RAC,RAC”. Cuando el príncipe llegó y vio a la rana, se dio cuenta de que era la princesa al mirarla a los ojos. Entonces la besó y el hechizo se rompió.
El príncipe tomó su espada y se fue galopando. Cruzó un puente, un río peligroso y llegó al castillo. Allí se encontraba el dragón guardián. Era enorme, con escamas, tenía dientes afilados y echaba fuego por la boca.
El príncipe se enfrentó con el dragón, le lanzó su espada que se clavó justo en su corazón. El dragón cayó.
El príncipe subió a rescatar la estrella. Justo cuando salía se encontró con el rey y se enfrentaron en una terrible batalla. Pero el príncipe tenía una ventaja: podía usar los poderes de la estrella de oro.
Con el poder del fuego le incendió las botas.
Rápidamente lo apagó con el poder del agua y como el rey no podía caminar, con el poder del aire hizo un tornado que lo mandó bien lejos.
Desde entonces, con la ayuda de los poderes de la estrella y junto a la princesa Cielo, gobernaron el reino en paz.
CUENTO MARAVILLOSO ESCRITO EN FORMA COLECTIVA POR LOS ALUMNOS DE 3° “A” – MAYO 2008
Patricia Auferil: Maestra de grado
A. Mariel Giannattasio: Maestra Bibliotecaria
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Había una vez un príncipe que vivía en un castillo muy grande, con la princesa cielo.
Tenían una estrella de oro especial que reunía los poderes de todos los elementos: tierra, aire, agua y fuego. Con el poder de la tierra podían hacer alimentos para los pobres y darles de comer. Con el aire podían hacer que los niños jugaran haciendo volar los barriletes. Con el agua, lluvia para apagar los incendios y con el poder del fuego, fogatas para calentarse cuando hacía frío o cocinar la comida.
El rey de la montaña, un malvado viejo que era alto, tenía barba blanca y vestido con ropas negras, tenía el poder de hacer hechizos. Quería la estrella de oro para tener los poderes del príncipe y ser el amo del mundo.
Una noche tormentosa, el rey entró al castillo y subió a la habitación real. Allí vio a la princesa y la convirtió en rana. Robó la estrella y desapareció.
Cielo llamaba a su esposo pero sólo le salía “RAC,RAC,RAC”. Cuando el príncipe llegó y vio a la rana, se dio cuenta de que era la princesa al mirarla a los ojos. Entonces la besó y el hechizo se rompió.
El príncipe tomó su espada y se fue galopando. Cruzó un puente, un río peligroso y llegó al castillo. Allí se encontraba el dragón guardián. Era enorme, con escamas, tenía dientes afilados y echaba fuego por la boca.
El príncipe se enfrentó con el dragón, le lanzó su espada que se clavó justo en su corazón. El dragón cayó.
El príncipe subió a rescatar la estrella. Justo cuando salía se encontró con el rey y se enfrentaron en una terrible batalla. Pero el príncipe tenía una ventaja: podía usar los poderes de la estrella de oro.
Con el poder del fuego le incendió las botas.
Rápidamente lo apagó con el poder del agua y como el rey no podía caminar, con el poder del aire hizo un tornado que lo mandó bien lejos.
Desde entonces, con la ayuda de los poderes de la estrella y junto a la princesa Cielo, gobernaron el reino en paz.
CUENTO MARAVILLOSO ESCRITO EN FORMA COLECTIVA POR LOS ALUMNOS DE 3° “A” – MAYO 2008
Patricia Auferil: Maestra de grado
A. Mariel Giannattasio: Maestra Bibliotecaria
LULOC Y EL MALÉFICO CROQUET
Hace mucho tiempo, en un reino lejano, vivía en un castillo un príncipe llamado luloc.
Todas las mañanas, su ayudante el mago blac, abría el candado que tenía un baúl de hierro.
Entonces salía de él una estrella de oro asombrosa y luminosa que se iba al cielo y hacía que lloviera, para que el río tuviera agua fresca y rica.
Un día, croquet, el malvado rey de la montaña, le puso una pócima en el jugo de calabaza del mago.
Blac tomó el jugo, salió de su casa medio desmayado, dejó la puerta abierta y cayó al piso.
En ese momento llegaron enemigos enviados por croquet y robaron el baúl con la estrella.
A partir de ese momento, el agua del río se secó completamente y los animales morían de sed.
Hace mucho tiempo, en un reino lejano, vivía en un castillo un príncipe llamado luloc.
Todas las mañanas, su ayudante el mago blac, abría el candado que tenía un baúl de hierro.
Entonces salía de él una estrella de oro asombrosa y luminosa que se iba al cielo y hacía que lloviera, para que el río tuviera agua fresca y rica.
Un día, croquet, el malvado rey de la montaña, le puso una pócima en el jugo de calabaza del mago.
Blac tomó el jugo, salió de su casa medio desmayado, dejó la puerta abierta y cayó al piso.
En ese momento llegaron enemigos enviados por croquet y robaron el baúl con la estrella.
A partir de ese momento, el agua del río se secó completamente y los animales morían de sed.
Luloc se vistió con una armadura de hierro, se puso en su cintura la espada mágica y se fue cabalgando hacia el reino de la montaña.
Cruzó el puente rápido como el viento.
El malvado croquet tenía escondido el baúl con la estrella en la punta de la torre.
Un dragón poderoso, grande, con escamas rojas y alas violetas, vigilaba la puerta.
Cuando el príncipe llegó para rescatar la estrella, el dragón quiso quemarlo con el fuego que lanzaba de su boca. Como no se cepillaba, tenía mucho olor. ¡era asqueroso! ¡horrible!
Luloc lanzó la espada y mató al dragón que cayó desde la punta de la torre al piso y ahí murió. Después la espada volvió a su mano.
La torre se empezó a destruir y croquet murió dentro. El baúl apareció entre los escombros.
Luloc llevó la estrella a su reino, la dejó ir al cielo y el agua volvió.
La princesa carolina se enamoró del valiente luloc y él de ella. Se casaron, tuvieron seis hijos y fueron muy felices.
Cruzó el puente rápido como el viento.
El malvado croquet tenía escondido el baúl con la estrella en la punta de la torre.
Un dragón poderoso, grande, con escamas rojas y alas violetas, vigilaba la puerta.
Cuando el príncipe llegó para rescatar la estrella, el dragón quiso quemarlo con el fuego que lanzaba de su boca. Como no se cepillaba, tenía mucho olor. ¡era asqueroso! ¡horrible!
Luloc lanzó la espada y mató al dragón que cayó desde la punta de la torre al piso y ahí murió. Después la espada volvió a su mano.
La torre se empezó a destruir y croquet murió dentro. El baúl apareció entre los escombros.
Luloc llevó la estrella a su reino, la dejó ir al cielo y el agua volvió.
La princesa carolina se enamoró del valiente luloc y él de ella. Se casaron, tuvieron seis hijos y fueron muy felices.
CUENTO COLECTIVO DE LOS ALUMNOS DE 3° “E”
MAYO 2008
MAYO 2008
Maestra de Grado: Vanesa Sierralta
Maestra Bibliotecaria: A. Mariel Giannattasio
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Maestra Bibliotecaria: A. Mariel Giannattasio
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La estrella mágica de oro
Había una vez un rey que vivía en un castillo con su hijo el príncipe Enrico.
En un sótano del castillo, cuidada por una hechicera, había una estrella de oro muy mágica, porque tenía el poder de cumplir todos los deseos.
El rey de la montaña, Norman Nor, mandó a un mago muy poderoso para que peleara con la hechicera.
El combate fue muy largo, hasta que el mago con su varita mágica la congeló, le borró la memoria y la volvió mala. Entonces la hechicera le dio la estrella de oro para que el mago se la llevara al rey de la montaña.
El príncipe Enrico llegó al palacio en su caballo negro y con su espada de oro. Buscó la estrella mágica pero no estaba. Entonces los campesinos le dijeron que un mago y la hechicera habían pasado por el pueblo hacia la montaña.
El príncipe quería pasar al otro lado del río, pero el mago había destruido el puente.
En ese momento, un rayo partió un árbol en dos. El tronco cayó sobre el río y formó un puente por donde pudo pasar Enrico al otro lado.
En ese instante, apareció un gran dragón rojo volando y escupiendo bolas de fuego.
Enrico le tiró la espada, que le cortó una de las alas. Como el dragón no podía volar, cayó sobre una piedra filosa que se le clavó justo en el corazón.
Así pudo llegar al castillo oscuro, grande y sucio del rey de la montaña. Adentro había desorden, telarañas y baba del dragón
Enrico subió hasta el último piso. Allí pisó una trampa que estaba oculta en el suelo.
Llegó el mago y el rey de la montaña y pelearon contra el príncipe.
-si quieres recuperar la estrella tendrás que vencerme- dijo el rey.
La pelea fue muy larga y violenta. Cuando ya había oscurecido, y Enrico estaba cansado, llegó su padre para ayudarlo.
El rey cayó por la ventana a un pozo profundo lleno de cocodrilos grandes y hambrientos. El mago, del susto, desapareció. La hechicera volvió a ser buena.
Los tres recuperaron la estrella de oro y volvieron a su palacio. Vivieron tranquilos y felices por un tiempo. Y colorín, colorado, este cuento no ha terminado. ¿O si?
Había una vez un rey que vivía en un castillo con su hijo el príncipe Enrico.
En un sótano del castillo, cuidada por una hechicera, había una estrella de oro muy mágica, porque tenía el poder de cumplir todos los deseos.
El rey de la montaña, Norman Nor, mandó a un mago muy poderoso para que peleara con la hechicera.
El combate fue muy largo, hasta que el mago con su varita mágica la congeló, le borró la memoria y la volvió mala. Entonces la hechicera le dio la estrella de oro para que el mago se la llevara al rey de la montaña.
El príncipe Enrico llegó al palacio en su caballo negro y con su espada de oro. Buscó la estrella mágica pero no estaba. Entonces los campesinos le dijeron que un mago y la hechicera habían pasado por el pueblo hacia la montaña.
El príncipe quería pasar al otro lado del río, pero el mago había destruido el puente.
En ese momento, un rayo partió un árbol en dos. El tronco cayó sobre el río y formó un puente por donde pudo pasar Enrico al otro lado.
En ese instante, apareció un gran dragón rojo volando y escupiendo bolas de fuego.
Enrico le tiró la espada, que le cortó una de las alas. Como el dragón no podía volar, cayó sobre una piedra filosa que se le clavó justo en el corazón.
Así pudo llegar al castillo oscuro, grande y sucio del rey de la montaña. Adentro había desorden, telarañas y baba del dragón
Enrico subió hasta el último piso. Allí pisó una trampa que estaba oculta en el suelo.
Llegó el mago y el rey de la montaña y pelearon contra el príncipe.
-si quieres recuperar la estrella tendrás que vencerme- dijo el rey.
La pelea fue muy larga y violenta. Cuando ya había oscurecido, y Enrico estaba cansado, llegó su padre para ayudarlo.
El rey cayó por la ventana a un pozo profundo lleno de cocodrilos grandes y hambrientos. El mago, del susto, desapareció. La hechicera volvió a ser buena.
Los tres recuperaron la estrella de oro y volvieron a su palacio. Vivieron tranquilos y felices por un tiempo. Y colorín, colorado, este cuento no ha terminado. ¿O si?
Este cuento fue realizado entre todos los alumnos de 3° “b”- año 2008
Alicia García: maestra de grado
Mariel Giannattasio: bibliotecaria
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